jueves, 25 de febrero de 2010

…Y Seguimos Rompiendo Las Barreras Que Aun Quedan…

Anthony Giddens (2001, 17) afirma en su libro Un Mundo Desbocado, los efectos de la globalización en nuestras vidas “Nunca seremos capaces de ser los amos de nuestra historia, pero podemos y debemos encontrar maneras de controlar las riendas de nuestro mundo desbocado”1. Según él mundo se enloqueció y empezó a crecer, a moverse y a cambiar desmesuradamente rápido respecto a lo que venía siendo un par de siglos atrás. Se suponía que viviríamos en un mundo estable y predecible, donde seriamos un numero mas en la estadística, pero sucedió lo contrario, en vez de estar en control estamos ahora desbocados.

Yo no comparto la idea de estar en control, es mejor estar desbocados, en sinergia total frente a sistemas a los cuales nos quieren someter. Pero, ¿A qué precio pagamos esa sinergia? Acá acuñamos el término Globalización, que en un contexto muy general significa las transformaciones que afectan las cosas que hacemos en la cotidianidad influidas por otros.

Gracias a la Globalización, o mejor, por culpa de la globalización, muchas personas están condenadas a la miseria y desesperación, mientras que otras, en una gran minoría, están gozando de una estupenda prosperidad. Los pobres se han vuelto más pobres y los ricos más ricos. Se ha alterado el clima de manera significativa desatando así el proceso llamado Calentamiento Global, donde las temperaturas suben y bajan más de lo normal en momentos poco esperados. Lo anterior se podría decir que se debe al desarrollo de la industria mundial, impulsado por nuevos mercados desregularizados o Globalizados, en donde ni en un principio, ni en un ahora y muy difícil en un después se miró el riesgo que esto podría representar para el planeta.

A la Globalización le debemos la imposición nuevas tradiciones, como tradiciones MTV, equivalentes a malgastar el dinero en transnacional que dicen ofrecer satisfacción personal y “Status” social al adquirir sus productos. Esto va ligado a la familia, que es el primer ambiente en recibir los cambios sociales desatados por estos mercados o imposiciones, como por ejemplo Alemania, donde propusieron una ley que permite renovar los matrimonios cada 7 años, o sea, si alguno de los dos no quiere continuar casado, solo tiene que esperar a que se cumplan 7 años para acaba el matrimonio y listo.

1. GIDDENS, Anthony. Un Mundo Desbocado. Bogotá: Taurus, 2001. 17p.

Iván Alejandro Sánchez Arango

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