jueves, 25 de febrero de 2010

Reseña Un Mundo Desbocado-Daniela Díaz

Lectura: Un Mundo Desbocado. Los efectos de la globalización en nuestras vidas

Ninguno de nosotros tendría algo por el que vivir
Si no tuviéramos algo por lo que merece la pena morir.


En un entorno globalizado, como el de hoy en día, en donde los cambios rápidos se han vuelto una constante, Guiddens afirma que el mundo está desbocado. El fenómeno de la globalización no atañe a uno o dos países, sino a todo el globo terráqueo y al parecer, ya no está bajo el control de los seres humanos. El autor afirma que se suponía que nuevas tendencias como el avance de la tecnología y la ciencia harían la vida del ser humano más segura, pero al parecer esto no ha resultado como se espera, y al contrario de lo pensado, nosotros mismos hemos creado un entorno de incertidumbre y riesgo para nuestra propia vida. Y todo esto se ve ligado a la globalización. Un mundo desbocado, muestra cómo la globalización poco a poco ha ido reestructurando diversos aspectos de la vida de los seres humanos, no sólo en el ámbito político y económico, sino también a nivel cultural y social. Este efecto, desigual para algunos, es la situación presente y por ello, los hombres debemos enfrentarla y tomar riendas sobre este mundo desbocado.

La fuerza globalizadora no ha llegado solo a los países desarrollados, también al resto del mundo. De acuerdo con Giddens, este fenómeno hace que prácticamente todos vivamos en un mismo mundo. Y esto es verdad. Sólo basta con observar cómo la caída de la Bolsa de Nueva York generó una crisis en dominó, donde economía tras economía de cada país se vio afectada, ó, cómo las ayudas entorno al terremoto de Haití han llegado a este país con una cooperación internacional extraordinaria. Estos ejemplos muestran que la economía global está ligada a un nivel de comercio internacional mucho más amplio y a un nivel de flujos financieros y de capitales cada vez más crecientes. Esta última situación se debe principalmente a la denominada economía electrónica, en la que la facilidad para hacer transacciones es impresionante; por ejemplo, ya no hay que asistir a los bancos a pagar los recibos de servicios públicos, pues en internet puede hacerse sin ningún problema. A pesar de todos los cambios presentados en la vida íntima de los hombres, hay uno esencial y es el que concierne a la familia. Tradicionalmente, la familia ha sido el núcleo básico de la sociedad y se tiene el ideal de estar compuesta por el padre, madre, hijos en incluso tíos y abuelos, no obstante todo este orden social ha sido transformado por las fuerzas globalizadoras. Actualmente, es común ver madres solteras, relaciones entre personas del mismo género, divorcios continuos y hasta maltrato infantil.

A pesar que la globalización tiene un matiz internacional preponderante, ésta también ha afectado pequeños rincones de la vida íntima de los seres humanos. Por ejemplo, como consecuencia de cambios en la política, la mujer ha asumido un papel más importante en este campo y por lo tanto ha asumido un rol diferente no solo como profesional sino también como madre. Asimismo, encontramos jóvenes que se han visto involucrados en todo este proceso, mientras otros se han resistido a los cambios dando origen a tribus urbanas que luchan por mantener el papel de la sociedad tradicional y no de una sociedad capitalista e individual, como está sucediendo actualmente. Las adicciones representan otro cambio en la vida del ser humano. Éstas tradicionalmente han sido reconocidas por ser perjudiciales para el hombre, no obstante la tradición ha venido perdiendo valor en este campo haciendo que haya una mayor libertad en los actos de un individuo.

Otro punto importante para resaltar tiene que ver con la globalización asociada con una occidentalización. Sin embargo, ¿hasta qué punto esta analogía es cierta? Pues bien, esto puede llegar a ser bastante cierto cuando las multinacionales norteamericanas o europeas están expandiéndose por la mayoría de regiones del mundo y creando gustos de consumo homogéneos. No obstante, también está China, que con su mano de obra ha tomado mucha fuerza económica en muchos países del mundo con productos de precios bajos. Esto indica, entonces, que no se puede hablar de una occidentalización en todo su sentido. Quizá lo importante en este tema no es si existe una supremacía, sino más bien cómo la globalización está ampliando las brechas entre países pobres y ricos.

Teniendo en cuenta todos estos planteamientos planteados por Giddens, es preciso reflexionar hasta qué punto queremos vivir en un mundo desbocado. La sociedad se está dejando llevar por extremos que quizá no son convenientes, como lo es el caso de las adicciones y hasta de la expansión de las mismas multinacionales que en muchos casos promueven un consumismo que desplaza las tradiciones de las culturas de diversos países. El papel de los Estado-Nación está cambiando, lo que implica que ya no es el único actor internacional y es por ello, que la democracia es una buena opción para minimizar el riesgo y poder controlar un poco el fenómeno de la globalización. Desde la vida íntima, los seres humanos podemos lograr un equilibrio entre las tendencias de la sociedad globalizadora y las tradiciones culturales. Claramente un hijo prefiere tener a sus padres juntos, que separados, y es por casos como este, que desde nuestra vida personal podemos halar ciertos modos de vida pasados a nuestro presente. Lo ideal sería encarrilar la globalización por un camino que beneficie a la mayoría y que no se lleve con ella elementos valiosos de nuestra sociedad, pues este fenómeno dentro de ciertas dimensiones no tiene porqué ser contraproducente para nuestro mundo ya que, finalmente, los seres humanos hemos sido los encargados de crearla y darle riendas.

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