jueves, 25 de febrero de 2010

“UN MUNDO DESBOCADO”

A través del tiempo el ser humano ha ido evolucionando, ha explorado todo lo que tiene a su alrededor, tratando de dar respuesta a cada pregunta que se hace; incluso se explora a sí mismo, buscando siempre de mejorar.
Tal como lo dice el título, vivimos en un mundo desbocado, lleno de constantes cambios, un mundo que en estos momentos sufre las consecuencias de nuestros actos, pues si bien las sociedades han cambiado, también a la naturaleza le ha tocado cambiar, y lamentablemente los desequilibrios de está apenas y están comenzando, y mientras tanto nosotros seguimos preocupados buscando ser mejores a consta de lo que sea.
Aunque no se puede negar el hecho que esta constante búsqueda también a traído consigo cambios positivos, descubrimientos que ayudan a curar enfermedades que en otras épocas eran mortales. Entre estos avances de la ciencia tal vez el que más influencia ha tenido son los cambios en los sistemas de comunicación; desde el primer mensaje transmitido por Samuel Morse hasta el internet, sin duda alguna se ha evolucionado, logrando que personas que se encuentran en lugares totalmente diferentes se comuniquen en un instante.
Pero, es imposible hablar de comunicación entre personas de países completamente diferentes y sobretodo lejanos, sin mencionar la globalización. Una palabra conocida por todos nosotros y que sin duda alguna ha cambiado totalmente el mundo y digo el mundo, porque muchos al escuchar “globalización” piensan en economía solamente, y en realidad es mucho más que eso, es política, tecnología y cultura, aunque los escépticos piensen que la economía globalizada es la misma que existía en periodos anteriores, estoy de acuerdo con el autor cuando dice que “los radicales tienen la razón, el nivel de comercio mundial es mucho mayor de lo que ha sido jamás y abarca un espectro mucho más amplio de bienes y servicios”.
En realidad la globalización no solo cambió la economía, también nos a cambiado a nosotros; sin duda alguna las sociedades a través del tiempo han ido evolucionando, pero con la llegada de ésta los cambios se dan con gran rapidez; la identidad cultural se ha perdido un poco por así decirlo, al comercializar bienes y servicios con otros países y por ende con otras culturas, no solo lo material es lo que intercambiamos, también un poco de cada cultura, lo que por su puesto crea un resurgimiento de todo, desde lo exterior hasta lo interior; las tradiciones las hemos ido modificando influenciados por supuesto por las creencias o costumbres de otros países.
Sin embargo, las tradiciones no es lo único que la globalización ha cambiado en nuestras vidas; sin duda alguna de todos los cambios ninguno es tan importante como el que produce en nuestra vida privada. Entre los cambios relacionados con la vida privada, estoy de acuerdo con el autor cuando hace referencia a los matrimonios, ya que anteriormente se casaban por interés económico o social (matrimonios arreglados por la familia) no obstante perduraban, aunque actualmente no se puede decir lo mismo, si bien el hecho de que quien decide si hay o no matrimonio ya no son los padres sino los verdaderamente interesados (la pareja) es un cambio positivo, “el modernismo” como lo llaman algunos trae consigo el aumento de divorcios, pues es muy “fácil”, y eso lo que más se hace ahora lo “fácil”, de modo que sí, la globalización a traído muchos cambios, pero lo que no ha cambiado es la necesidad que tenemos de buscar la felicidad y para muchos lo “fácil”, lo es.
En mi opinión, los efectos de la globalización en nuestras vidas no han sido todos negativos ni todos positivos, sin embargo estoy de acuerdo en que este mundo esta desbocado, lleno de incertidumbre por los constantes cambios y sus consecuencias, pero el hecho que sin moverse de su puesto de trabajo se puedan hacer una cantidad enorme de negocios con personas de otros países y que tengamos la posibilidad de compartir su cultura, es un cambio positivo en la medida en que sepamos discernir que permitir que nos modifiquen en nuestra vida íntima y que no.

Por: Maria Angelica Sebá

No hay comentarios:

Publicar un comentario